El primer modelo 100% eléctrico por fin llegó en Mazda, se llama MX-30 y llega en formato de Crossover. Casualmente comparte plataforma con el CX-30, pero es que las medidas exteriores también son idénticas. Mide 4,39 metros de largo, 1,79 metros de ancho y 1,55 metros de largo. Su batalla es de 2,65m. Se ofrece en varios acabados: Origin, Evolution Modern y Vintage y el acabado más alto Zenith Modern y Zenith Vintage. Como ya sabéis, los diferentes acabados traen un equipamiento cerrado, y nuestra unidad cuenta con el Zenith Vintage que nos incluye todo el equipamiento disponible para el MX-30.
Respecto a la propulsión eléctrica e-Skyactiv, se ofrece en una única potencia de 145cv alimentado por unas baterías de iones de litio refrigeradas por líquido, situadas debajo de todo el piso y con una capacidad de 35,5KWh. Su autonomía homologada es de 200km, por lo que es un coche planteado para un uso puramente urbano. Para cargar la batería de nuestro MX-30 necesitamos unas 14 horas si lo conectamos a un enchufe de casa. Con un Wallbox cargando a 6,6Kw en corriente alterna lo tendríamos en 6 horas, y con carga en corriente continua a 50Kw, estaría listo en tan solo unos 40 minutos.
El diseño exterior es llamativo y levanta alguna que otra mirada por las calles de nuestro país, o eso hemos notado en estos días. El diseño Kodo de Mazda está muy presente en este MX-30, aunque más que un diseño, es una filosofía para Mazda, es el arte del movimiento, de ahí sus líneas tan perfectas, que junto al placer de la conducción, pretenden crear un vínculo entre el coche y el conductor, cual jinete con su caballo, lo que la cultura nipona denomina como Jinba Ittai.
En este caso nuestra unidad cuenta con un acabado exterior en 3 tonos, que tiene un coste de 2000 euros extra. La carrocería luce el llamativo y espectacular Soul Red Crystal, un color negro para el techo y un color gris para la separación entre el techo y la carrocería, que da la sensación de que el techo esté flotando. Otros detalles de diseño son las puertas traseras con abatido contrario y las llantas de 18” de nuestra unidad.
El interior llama la atención por la excelente calidad de materiales que emplea, al igual que todos sus ajustes. Encontramos materiales reciclados y ecológicos, como es el caso del corcho por ejemplo, situado por prácticamente toda la consola central y tiradores interiores de las puertas. El salpicadero es idéntico al de un Mazda 3 o CX-30, con todos los mandos muy a mano del conductor y un diseño minimalista. La consola central destaca por un diseño más futurista, con un hueco en su zona más baja para depositar objetos, y continuando hacia atrás, vemos una consola flotando donde se integran los mandos para manejar la pantalla central y la palanca para la gestión del cambio automático. Otra de las cosas que más sorprenden y nos ha encantado, es la ausencia total del negro piano en el interior, sustituyéndose por zonas en cuero sintético en color marrón, piezas en aluminio y en negro mate.
El puesto de conducción es agradable a la vez que fácil de encontrar nuestra posición ideal. La instrumentación es elegante, con agujas analógicas dedicadas a la cantidad de carga, potenciómetro y temperatura del líquido del motor eléctrico. En el centro reina una pantalla digital de 7”, en la que podremos ver una esfera con un velocímetro, consumos y ayudas a la conducción. Esta instrumentación se complementa con un Head-Up Diplay, que se puede ajustar tanto en brillo como en posición, y en la que podemos ver un montón de parámetros para no distraer nada la vista de la carretera (velocidad en digital, reconocimiento de señales de tráfico, ayudas a la conducción, navegación…). El volante es completamente redondo y de un tacto exquisito, y que por cierto es el mismo que el de los nuevos CX-30 y Mazda 3.
Continuando por el centro del salpicadero, nos integra un sistema de infoentretenimiento de 8,8” de una calidad de imagen excelente y con muchísima tecnología, como el sistema de cámaras de 360 grados con una resolución perfecta, conectividad plena para móviles, mapas, abundante información de la carga de la batería y todos los parámetros del sistema de sonido Bose (el cual tiene una calidad de sonido fabuloso). Esta pantalla se maneja por completo con los mandos de la consola central, por lo que no es táctil.
En la zona más baja del salpicadero tenemos el sistema de climatización monozona, pero en este caso para este sistema se integra una pantalla para su gestión. El táctil es preciso, y si queremos, podemos manejar todo menos por donde queremos que salga el flujo de aire, con botones físicos que tiene a los laterales. En esta pantalla también encontramos la activación de la calefacción del volante y de los asientos delanteros.
Ahora toca adentrarse en las plazas traseras, las cuales tienen un acceso peculiar, y es que las puerta trasera se abre de manera inversa a unas puertas convencionales. Para ello tocará primero abrir la puerta delantera, y después la puerta trasera, que tiene un tirador en interior. El pilar B en este Mazda MX-30 es inexistente, por lo que el acceso a las plazas traseras es correcto, aunque eso si tendremos que tener cuidado con el anclaje que hay en el techo para las puertas traseras.
Dentro encontramos un espacio suficiente para los ocupantes de las plazas laterales. Y es que si mides más de 1.78 metros, no te recomendamos montar en ellas, ya que el espacio tanto para piernas como para cabeza es justito. La visibilidad tampoco es muy buena, debido a que cuenta con dos pequeñas ventanas sin apertura, que hacen que notemos algo de encerramiento en ellas. En estas plazas traseras se incorporan anclajes isofix para las sillitas de los niños, un apoyabrazos central y existe una quinta plaza.
El maletero es de apertura manual en todas las versiones, y dentro nos esconde 366 litros, un maletero con una capacidad correcta para lo que está pensado este MX-30, los desplazamientos por ciudad. Un detalle que nos ha llamado la atención, es que los cables para cargar el coche, no tienen un hueco específico y los tendremos que llevar en una bolsa anclada a los ganchos del maletero, evidentemente quitándonos espacio del maletero.
A los mandos del MX-30 lo primero que se nota es la tranquilidad y el silencio. La buena calidad de los materiales, la propulsión eléctrica y el sistema de sonido Bose van a hacer de nuestros desplazamientos en el día a día, todo un placer.
El motor eléctrico de 145cv y 272Nm mueve de perlas a este MX-30, y eso que el peso es elevado (1720kg), debido al peso de las baterías que alimentan a dicho motor. Acelera de 0 a 100km/h en 9,7 segundos y su velocidad máxima es de 140km/h. El consumo homologado es de 19Kwh, mientras que nosotros en nuestra prueba, plenamente circulando por ciudad, nos ha marcado 13Kwh. Este consumo depende mucho de las circunstancias, si utilizamos el climatizador, si usamos las levas para retener más o menos… La autonomía máxima es de 200km como ya comentábamos antes, y realmente es lo que hemos llegado a hacer con una carga completa.
Las levas que se encuentran detrás del volante, son para cambiar entre los 5 modos de retención que tiene este MX-30. En el modo más regenerativo, notamos que prácticamente podríamos conducir con el pedal del acelerador, pero sin ser tan exagerado como por ejemplo un Nissan Leaf, aquí al llegar a un semáforo nos tocará pisar el freno. Gracias a estos modos, podremos aprovechar esa frenada regenerativa para ahorrar en pastillas de freno y aprovechar esa energía para recargar un poquito la batería.
Los frenos a pesar de contar con todo este sistema del frenado a través del motor, tienen un tacto correcto y paran correctamente los 1720kg que pesa este MX-30. La suspensión tiene un tarado correcto, sin ser muy firme ni excesivamente blanda, tragándose los baches de manera correcta y sin prácticamente balanceos, y es que tiene un paso por curva que sorprende por lo bien que va.
La dirección tiene una asistencia correcta, con un tacto exquisito, destacando que Mazda no ha introducido modos de conducción en este MX-30 porque realmente no le hacen falta, gracias a la buena puesta a punto del coche por parte de la marca. Respecto a las ayudas a la conducción el MX-30 con este acabado Zenith, no le falta de nada. Tenemos control crucero adaptativo con Stop&Go, aviso del ángulo muerto, cámaras de 360 grados con sensores de aparcamiento delanteros y traseros, aviso del cambio involuntario de carril con corrección del volante, reconocimientos de señales de tráfico, faros de led matriciales, detector del tráfico trasero y delantero, aviso de fatiga, Head Up display…
En el apartado de las luces nuestro MX-30 en su acabado Zenith cuenta con faros delanteros y trasero completos de Led, siendo los delanteros matriciales. Los precios para este MX-30 parten de los 34.375 euros hasta los 40.250 euros de nuestra unidad a la hora de realizar nuestra review. En definitiva, creemos que el Mazda CX-30 es un coche original, con un interior muy detallado y con buena calidad de materiales, pensado para personas que realicen trayectos de menos de 200km en su día a día y pueda cargar su coche todas las noches en su plaza de garaje.