El Suzuki Jimny ha vuelto. Mientras las unidades vendidas llegaban a cuentagotas a los clientes, Suzuki tenía que pensar algo para poder seguir vendiéndolo en nuestro país, ya que con la normativa de los 95 gramos era inviable seguir comercializándolo como turismo. Dos eran las opciones disponibles: integrar al Jimny una propulsión híbrida enchufable, o convertirlo en un vehículo comercial. La primera opción supondría un coste de desarrollo brutal, además de que perdería toda la esencia 4×4 que lo caracteriza, mientras que la segunda opción solamente sacrificaría algunos elementos que, aun siendo importantes, no cambiarían la filosofía de este pequeño 4×4.
Tras el visto bueno de Suzuki, comenzó la producción y venta de este modelo que tenemos con nosotros, el Jimny Pro. Se trata de la versión comercial de este todoterreno, con homologación de furgón N1, el cual ha perdido los faros de LED, el sistema multimedia, el climatizador o las plazas traseras, entre otros elementos. Lo verdaderamente importante es que lo seguimos teniendo en el mercado, para satisfacer tanto a los más puristas y caprichosos de un coche moderno con estética retro, y a los que necesitan un 4×4 puro y pequeño para trabajar.
Echamos de menos los faros de LED, aunque los actuales, aun siendo halógenos, alumbran correctamente y disponen de luces largas automáticas. Las plazas traseras no las vemos tan imprescindibles, porque el espacio era pequeño y en este Jimny preferimos tener una buena capacidad de carga, siendo esta de 863L, en su maletero de apertura lateral.
En su diseño exterior y estética, todo sigue igual. Sus formas cuadradas y retro son del gusto de todos los públicos, combinando las líneas de los todoterrenos clásicos con los toques modernos en sus paragolpes. Las llantas ya no son de aleación, ahora son más básicas, más camperas, con neumáticos mixtos Bridgestone Dueler en medidas 195/80 R15. En el techo mantiene vierteaguas, y en la trasera destaca la rueda de repuesto acoplada en el portón.
Ahora solo hay 2 colores disponibles para la carrocería: verde jungle y blanco superior. Una pena haber perdido la gran variedad de tonos que había, sobre todo el Kinetic Yellow y el Azul Activo metalizado. El precio para el Jimny Pro es de 20.970€.
En el interior encontramos la misma estructura en el habitáculo, donde ya podemos apreciar que un display clásico ha sustituido a la pantalla del sistema multimedia. El cuadro de instrumentos sigue igual, pero el volante ahora es de un material más sencillo, propio de un vehículo comercial. Los asientos son los mismos, con reglaje longitudinal y calefacción, pero debido a la reja que separa el habitáculo del maletero, tendremos un tope y hará que las personas de más de 1,83 puedan ir incómodas. Los materiales y calidades se mantienen intactas, por lo que la filosofía de este Jimny continúa, ahora con menos elementos de confort.
El maletero, de apertura manual y lateral, contiene 863L de capacidad de carga, en unas formas muy regulares para poder optimizar la carga de objetos grandes. Ofrece algún litro más respecto la versión de turismo de este Jimny con los asientos abatidos, aunque no se nota en exceso. La rueda de repuesto va anclada al portón.
Dinámicamente no vemos diferencias ni notamos sensaciones distintas a las ya conocidas en su versión de turismo. El bloque motor 1.5 gasolina y atmosférico sigue rindiendo 102cv y 130nm de par. Es un motor sencillo pero suficiente para mover hasta velocidades medias-altas a este Jimny. El empuje es correcto y lleno en todos los rangos, y aunque en un vehículo comercial no podemos ir a más de 90kmh, este Jimny podría ir a 120kmh sin mayor dificultad. Gracias a su buen chasis de largueros y travesaños y a su bajo peso, de 1100kg, obtendremos una buena respuesta y unos consumos contenidos, ya que hemos obtenido un consumo combinado de entre 6’8 y 7’2L, una cifra muy interesante ya que hemos circulado mucho por pistas de tierra y no hemos tenido cuidado en hacer una conducción eficiente, contando además con la escasa aerodinámica en su diseño.
La caja de cambios es manual de 5 relaciones, ya que la automática ya no se puede escoger en este Jimny Pro. El tacto es como el de una palanca clásica y el escalonamiento es corto, a 120kmh iremos a más de 3000rpm. Las suspensiones filtran bien las irregularidades del firme, aunque el eje trasero es más seco. La dirección está desmultiplicada, como ya lo estaba antes, y ello nos facilitará maniobrar fuera de asfalto. Los frenos actúan notablemente sobre el conjunto, aunque en el eje trasero contamos con frenos de tambor. No disponemos de ayudas a la conducción, tan solo el aviso de cambio involuntario de carril y el control crucero, aunque no echamos en falta más.
En territorio off road, hemos podido comprobar que este Jimny sigue siendo el mismo de siempre. Su habilidad en pistas de tierra y zonas de poco agarre es extraordinaria, gracias a su poco peso y a sus buenas cotas todoterreno: su ángulos de entrada, ventral y de salida son de 37, 28 y 49º respectivamente, como siempre, y su altura libre es de 21cm. Es difícil de rozar en los bajos, y prácticamente podremos subir y bajar la mayoría de rampas, incluso las más duras. El agarre es bueno debido a los neumáticos de tierra, sólo en momentos muy complicados tendremos que sacar a relucir la tracción 4×4, ya que incluso yendo en tracción trasera nos defenderemos de manera notable. La reductora la reservaremos para escalar rampas muy pronunciadas o para zonas embarradas o de nieve muy difíciles. La dirección está desmultiplicada para poder maniobrar perfectamente en este tipo de terrenos, y las suspensiones filtran excelentemente los baches, rocas y surcos de las pistas, permitiéndonos ir a gran velocidad sin notar falta de seguridad. La potencia del motor es correcta, y es uno de los aspectos que hacen interesante a este modelo, que se sirve de la gran puesta a punto de todos los elementos, haciendo que no sean necesarios más de 102cv para poder resolver todo tipo de situaciones. Por último, podremos desactivar el control de tracción solamente hasta 30kmh, y disponemos de la ayuda al descenso de pendientes para que este Jimny gestione el solo la frenada. Sin duda, el haberse convertido en un vehículo comercial no le ha hecho perder sus cualidades todoterreno. Sigue siendo ese pequeño Jimny que nos encandiló a todos los amantes del mundo del motor.