Hace algo más de un año pudimos probar el Volkswagen Polo, en su versión anterior. Nos agradó bastante y nos mostró por qué es un peso pesado en el segmento B. En esta prueba os traemos al nuevo Polo 2018, totalmente nuevo tanto en el exterior como en el interior.
El Volkswagen Polo es el pequeño utilitario del segmento B de la marca alemana. Mide 4,05 metros de largo, 1,75 de ancho y 1,46 de alto. Se puede escoger en cuatro acabados: Edition, Advance, Sport y GTI, con motores TDI, TSI, y TGI, ademas de un motor 1.0 MPI como acceso a la gama. Las potencias van desde los 65cv de este motor hasta los 200 de la versión deportiva: el Polo GTI. Nuestra unidad es el Polo Sport con motor 1.0TSI de 95cv asociado a una caja de cambios DSG de 7 velocidades.
Este Volkswagen Polo mantiene su esencia de utilitario urbano que sigue cautivando a los jóvenes y no tan jóvenes. Llega con una estética renovada y un interior con nuevo diseño. La parte delantera destaca por su diseño, muy similar al de su hermano mayor, el Golf. El lateral destaca por la línea continuaste y sus bonitas llantas de 17 pulgadas que equipa nuestra unidad, que le aporta una estética más deportiva. la trasera está marcada por los dos faros en una disposición cuadrada y el difusor negro de la parte baja. Por cierto, el color de este Polo es el Naranja Calatea, muy llamativo. En cuanto a la iluminación, el Polo cuenta con unos faros LED en opción en este acabado Sport. Alumbran con gran intensidad y tonalidad.
En el interior encontramos un diseño tipo T-Roc, con mismo volante y sistema de infoentretenimiento, de 8″. Las calidades del salpicadero son buenas, con plásticos blandos y una franja gris que podemos combinar de distintos colores, por lo que este interior es personalizable. El resto de materiales en puertas y consola son plásticos duros pero de buen anclaje. El cuadro de instrumentos que monta nuestra unidad es el clásico analógico, pero podemos equiparle un Digital Cockpit si quisiéramos. La pantalla TFT del centro del cuadro incluye distintos menús con bastante información, así como las indicaciones del GPS. El sistema de infoentretenimiento también dispone de conectividad para distintos sistemas, como Android Auto y Apple Car Play. Está muy completo y actualizado. En el centro de la consola central se encuentra la caja de cambios DSG de 7 velocidades que monta esta unidad, junto a una botonera para activar, entre otros, el aparcamiento asistido y la desactivación de los sensores. Como opción, tenemos un apoyabrazos central con hueco dentro.
Los asientos son comodísimos y ofrecen un agarre lateral perfecto, siendo muy confortables en cualquier tipo de conducción y viaje. Sus reglajes son manuales. En cuanto a huecos, disponemos de espacio en las puertas para dejar alguna cartera, móvil o llaves. La guantera es de tamaño medio, suficiente para dejar la documentación del coche.
La parte trasera cuenta con el mismo diseño que la delantera. El espacio es suficiente tanto para pies como para cabeza, hay buena habitabilidad. La plaza del centro es más estrecha y el túnel de transmisión está pronunciado, pero el mullido es blando. El maletero es de apertura manual y cuenta con 351L de capacidad, situándose en uno de los mejores de su segmento. Las formas son regulares y debajo del piso encontramos un kit antipinchazos y hueco para poder equipar una rueda de repuesto.
Y nos ponemos a los mandos de este Polo 2018. Arrancamos por botón, ya que tenemos llave inteligente en esta unidad. El motor 1.0 TSI de 95cv alcanza esta potencia entre las 5.000 y las 5.500rpm, y entrega 175nm de par entre las 2.000 y las 3.500rpm. Este motor ofrece un empuje correcto. No es un motor explosivo, pero se defiende perfectamente en todo tipo de vías. En bajas vueltas recupera bien, y en caso de que se notase falto de potencia, el cambio DSG actuará rápidamente reduciendo una marcha para ajustarse a las circunstancias. El motor y la caja de cambios DSG realizan un trabajo conjunto perfecto, y no esperábamos menos. Podemos realizar desde una conducción eficiente hasta una conducción deportiva, dando un toque hacia abajo con la palanca del cambio para introducir la S. En este modo, el cambio hará estirar las marchas para conseguir más jugo al motor. En un modo tranquilo, el cambio sube las marchas ágilmente para conseguir menos consumos. Éstos son contenidos realizando una conducción tranquila, consiguiendo un consumo mixto de 5,3 litros. Haciendo una conducción eficiente, el marcador nos mostró un bonito 4,8L de media, yendo por carretera y por ciudad.
En cuanto a la dirección, es intermedia y es cómoda para ciudad y para carretera. Las suspensiones también son intermedias, además no contamos con modos de conducción, por lo que la dureza de la dirección y de la suspensión no se podrá endurecer o poner más suave, pero no lo echamos en falta: se muestran agradables en cualquier tipo de conducción e incluso en una conducción algo agresiva, este Polo no realiza ningún extraño, se le nota aplomado y estable sobre el asfalto. Los frenos actúan bien sobre los 1.180kg de peso del conjunto, a pesar de que en las ruedas traseras contamos con tambor. Este Polo cumple con cada apartado, por lo que nos parece un urbano completo. El puesto de conducción nos hace disfrutar de cada momento dentro de este pequeño utilitario, teniendo el sistema de infoentretenimiento enfocado hacia el piloto. En cuanto a las ayudas a la conducción, contamos con detector de ángulo muerto, control crucero adaptativo, front assist, sensores de aparcamiento y cámara de visión trasera, además del aparcamiento asistido.
Los precios para el Volkswagen Polo parten desde los 14.700 euros. Nuestra unidad, con el acabado y equipamiento que veremos a continuación está en torno a los 20.000 euros.